En el Corazón Productivo del Restrepo, subsector del cuero, calzado y marroquinería, una empresa familiar ha dedicado 27 años a la creación de calzado, uniendo la tradición artesanal con las innovaciones tecnológicas más recientes. Fundada por un emprendedor apasionado, Alex Rodríguez, ha evolucionado con su marca Masherland, reflejando en cada zapato innovación y calidad. Actualmente cuenta con 45 empleados y logra fabricar 1.500 pares de zapatos al mes.
Para conocer un poco más sobre este arte y todos los pasos que se deben ejecutar para apreciar un zapato terminado, Nicolás Rodríguez Olarte, gerente de la empresa e hijo del fundador, nos cuenta los detalles.
El diseño: el alma del zapato
Todo comienza con el diseño; el primer y más crucial paso en la elaboración de un zapato. Aquí se establecen los parámetros de armado y se minimiza el desperdicio de materiales. El diseño asegura que el producto final sea estéticamente atractivo para el consumidor. Sin un buen diseño, el zapato no tendría la personalidad ni la calidad necesaria para destacarse en el mercado.
De la concepción a la creación: los pasos fundamentales
La creación de un zapato sigue una secuencia de pasos meticulosos:
- Diseño: etapa donde todo cobra sentido.
- Corte: corte de todos los materiales que lleva el zapato
- Fusionaje: se pegan apliques y marquillas.
- Guarnición: la unión de las piezas cortadas mediante máquinas de coser especiales para zapatos.
- Remachado: se incrustan los ojales donde van los cordones y otros accesorios.
- Soladura: la fijación de la suela al cuerpo del zapato.
- Finizaje: los toques finales que dan vida y carácter al zapato, como por ejemplo poner cordones, revisar desperfectos, eliminar hebras e, inclusive, poner toques de color, verificando la calidad del producto.
Selección de materiales: una elección estratégica
La elección de materiales depende del tipo de producto a fabricar, su propósito y el nicho de mercado al que se quiere llegar. Desde cueros de alta calidad hasta materiales con nanotecnología, las opciones son vastas y deben ser seleccionadas cuidadosamente para cumplir con las expectativas del cliente y las exigencias del diseño. En Masherland, por ejemplo, se enfocan en materiales de alta calidad que permitan al zapato ofrecer al cliente durabilidad y comodidad, mientras que a la empresa le proporciona facilidad y rendimiento en su fabricación.
Técnicas artesanales: un legado que perdura
A pesar del avance de la tecnología, muchas técnicas artesanales siguen vigentes. Desde el tejido a mano hasta el pintado del cuero, estas prácticas son esenciales en la fabricación de zapatos a medida y en firmas de lujo, pues no solo mantienen viva la tradición sino que también añaden un valor único y personal a cada par de zapatos. Sin embargo, en Masherland, actualmente aproximadamente el 85% de sus procesos son industrializados.
La evolución tecnológica en el calzado
La industria del calzado ha visto una notable evolución tecnológica. Desde el uso de pinzas y montadoras hasta la incorporación de materiales con nanotecnología, pasando por materiales inteligentes que permiten comodidad y confort. Masherland, por ejemplo, cuenta con una máquina de corte que aumenta la precisión, ahorra tiempos de corte y reduce desperdicios de material en un 30 %. Mientras una persona logra cortar lo equivalente a 30 pares de zapatos al día, con la máquina se llega a 90.
No obstante, aunque cada avance ha ayudado a mejorar la calidad y eficiencia del proceso de fabricación, la integración de estas innovaciones añaden un nuevo reto: alcanzar el máximo de ergonomía y belleza en el zapato.
Desafíos del oficio
Los zapateros y fabricantes enfrentan numerosos desafíos: financiación, oferta de materiales, acceso a maquinaria, competencia desleal, contrabando, fluctuaciones en la demanda y la necesidad de capacitación constante en un oficio que, en su mayoría, se aprende de manera empírica. Estos retos requieren una continua adaptación y un enfoque innovador para superarlos. El tiempo ha llevado a que Masherland supere cada uno de estos desafíos, identificando su mercado y enfrentado cada problema a la vez.
El tiempo y la complejidad de la creación
El tiempo necesario para hacer un par de zapatos puede variar significativamente, dependiendo de la complejidad del diseño y del desarrollo requerido, en Masherland la fabricación de un zapato tarda en promedio 2 días. Cada etapa del proceso es crucial y demanda atención al detalle y habilidad para afrontar la problemática cotidiana propia del sector.
La historia de una pasión heredada
El actual líder de la empresa, Nicolás Rodríguez, comenzó en este oficio desde niño, inspirado por su padre, el fundador. Alternando sus estudios universitarios de economía y fotografía con el trabajo en la empresa, ha aprendido y perfeccionado el arte del calzado, aplicando sus conocimientos académicos y su pasión heredada. Así expresa su confianza en que la artesanía no desaparecerá con la industrialización: “es un tema de innovación y actualización”. “El zapato artesanal nunca va a desaparecer, simplemente hay que llegarle al público indicado”.
Con una visión de innovación y desarrollo, la empresa sigue adelante, uniendo la tradición y la tecnología, asegurando que cada zapato no solo sea un producto, sino una herramienta para la vida.