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Con 24 años y una visión clara, Andrés Romero comenzó a dar vida a Snackfro, una empresa que hoy es referente en el proceso de frutas deshidratadas 100% naturales y saludables. Hoy a sus 26, Andrés nos cuenta la inspiradora historia de cómo su emprendimiento tomó vuelo.
El viaje de Snackfro comenzó en 2021, cuando la pandemia aún pesaba en el ánimo de todos. Andrés, con apenas un pequeño horno, se aventuró a deshidratar frutas colombianas. Su entusiasmo lo llevó a participar en ferias locales, donde dio sus primeros pasos como emprendedor.
Fue en ese momento que se cruzó con Mercados Campesinos, una iniciativa de la Secretaría de Desarrollo Económico que le proporcionó el impulso necesario. Pero su ambición era mayor, y decidió hacer parte del Fondo Emprender, que lo ayudó a convertir su emprendimiento en una empresa formal.
El crecimiento de Snackfro fue rápido, pero Andrés no lo hizo solo. Junto a él, dos jóvenes mujeres entre los 18 y 28 años, se sumaron al equipo. Lo que comenzó como una relación de jefe y empleado, muy pronto se transformó en una amistad sólida, forjada en las oportunidades ofrecidas por Empleo Incluyente; otro de los programas de la Secretaría de Desarrollo Económico.
La motivación de Andrés para involucrarse en Empleo Incluyente fue clara: romper las barreras que enfrentan 19 grupos poblacionales, en particular, mujeres y jóvenes de 18 a 28 años. Su enfoque en los jóvenes se basa en sus propias experiencias en el mercado laboral. Andrés recuerda cómo las puertas se le cerraban debido a la falta de experiencia y cómo esto lo llevó a tomar la decisión de ayudar a los jóvenes a superar esas mismas barreras.
Para llegar a donde está, Andrés ha tenido que caminar por el fracaso. Antes de triunfar con Snackfro, emprendió tres proyectos que no lograron despegar. Sin embargo, su determinación nunca flaqueó y gracias a su constancia hoy puede compartir un mensaje inspirador: ” Tú puedes emprender a la edad que tú desees, la idea es tener conocimiento en lo que vas a hacer, tener muchísima disciplina y cero miedo al fracaso, hay que fracasar para de ser grande “.
La historia de Andrés Romero y Snackfro es un recordatorio de que el éxito empresarial no está determinado por la edad, sino por la pasión, la perseverancia y la voluntad de aprender de los errores. Con un equipo unido y una misión clara, Snackfro es un ejemplo de cómo un emprendimiento puede florecer en medio de la adversidad.