Bogotá, 31 de octubre de 2022-. La perseverancia, el levantarse siempre, a pesar de las adversidades, ha sido lo que ha propiciado el éxito en la vida de Nathalia Salazar Bedoya.
Los obstáculos han sido sobrepasados, y ni una pandemia mundial logró que su propósito para siempre salir adelante, fuera disminuido.
Antes que llegara el Covid a la vida de los seres humanos, tenía desde hacía 10 años, un negocio de fotografía y video en eventos, el que había, de la mano de su esposo, logrado sacar adelante varias veces pese a las dificultades, pero en 2020 el cierre fue total.
Allí decidió que no podía parar. Su espíritu emprendedor salió, nuevamente a flote, y decidió apostarle a la realización y venta de tortas de gelatina.
“Mi esposo y yo hemos trabajado toda la vida en fotografía. Estudiamos una carrera técnica relacionada con el cine; vivíamos de nuestros negocios, pero todo cerró, y también nosotros. Nos dijimos, hay que seguir, y eso hicimos; le apostamos a las tortas”, asegura Nathalia mientras muestra orgullosa una de sus creaciones.
Sus conocimientos en arte y diseño, dice, es lo que precisamente le ha ayudado a que las tortas que ofrece en Gelatine Happy, su micronegocio, tengan un estilo propio. Todo lo hacen personalizado, usan recursos fotográficos y crean diseños únicos.
Su ingrediente favorito, además de la torta tradicional, es la gelatina. A través de su experiencia aprendió que tiene muchos beneficios, propiedades refrescantes y realmente no es dulce. “Exploro con sabores y además le agrego fruta, eso ha gustado mucho”, asegura.
Nathalia Salazar ofrece a su clientela una gran variedad de productos. Hace mensualmente un promedio de 40 tortas, cada una con un diseño diferente, además de bizcochos y postres que hacen las delicias de eventos empresariales y celebraciones familiares.
Y aunque al principio pensó que tal vez el final de la cuarentena, y de la pandemia en general, sería también el fin de la empresa; ha pasado lo contrario, se han mantenido y consolidado. Han seguido creciendo y el esfuerzo ha alcanzado para también comenzar a reabrir el negocio de eventos.
Su aspiración es poder hacer crecer su negocio, generar empleo a madres cabeza de familia que son quienes, en su opinión, más necesitan ingresos, y tener la suficiente fuerza financiera y productiva para comenzar a surtir almacenes de gran formato.
También espera tener pronto algún tipo de vehículo para llevar los pedidos. Por ahora usa transporte público, o su esposo se sube a la bicicleta, y a punta de pedalazos van fortaleciendo y robusteciendo a Gelatine Happy.
No todo ha sido color de rosa, y a veces ha sentido que va a desfallecer, pero no se deja. “Hay días que he dicho: no puedo más; la estabilidad económica no es fácil, el trasnocho, el hecho de que a veces la gente no valore mi trabajo, dificultan el proceso; pero todo eso hace parte del crecimiento, hay que pasar por momentos difíciles para tener algo mucho más grande”, agrega.
Al proceso de consolidación de su empresa, la Secretaría de Desarrollo Económico ha aportado a través del programa “Creo en mí”, a través del cual recibió capacitaciones en marketing digital, finanzas, habilidades blandas, lo que ha aplicado muy juiciosa al micronegocio, y por supuesto a ayudar a resurgir la línea de fotografías.
En la actualidad se siente empoderada, está segura que seguirá creciendo, que podrá convertirse en una gran empresaria, porque, admite sin titubeos, “ganas no faltan, y esas son las que nos hacen que logremos las metas que nos trazamos”.
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