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Bogotá, capital de la innovación

Foto de la Panorámica de Bogotá
Foto: Ricardo Báez.

Alfredo Bateman, secretario de Desarrollo Económico de Bogotá, hace un análisis sobre la apuesta de Bogotá para convertirse en la ciudad más innovadora del país.

Por: Alfredo Bateman

Es habitual  que cuando se habla de ciudades innovadoras, en Colombia, a la mayor parte de las personas se les viene a la mente ciudades diferentes a Bogotá,  sin embargo, la capital del país es, y de lejos, la ciudad más innovadora de Colombia.

Podríamos usar múltiples datos e información estadística para dar cuenta de ello desde las diferentes concepciones que se tienen de la innovación: es la ciudad más productiva, la de mayor densidad empresarial, la de mayor tamaño y sofisticación de su mercado y aparato productivo, la que concentra el ecosistema de emprendimiento de alto impacto, la mayor y mejor red de universidades, además, concentra el 71% de las rondas de inversión de emprendimiento de alto impacto, el 91% de la inversión levantada, está en el top 3 de LATAM en todos los indicadores sobre innovación y emprendimiento de alto impacto, etc.

Estos resultados no deberían sorprender, las ciudades son por su naturaleza la fuente de la innovación. Desde Uruk o Babilonia, hasta París o Nueva York, las ciudades han sido siempre aceleradores de la innovación, las ciudades son unas fabricas de producción de nuevas ideas. Los insumos de esa fabricación de ideas son las interacciones, encuentros e intercambios que se generan por sus aglomeraciones.

Es decir, la innovación depende de la interacción y el intercambio de ideas. El flujo de ideas depende a su vez de dos variables: cantidad y calidad de la aglomeración. En el primer caso es una variable de tamaño, ciudades más grandes suelen ser más innovadoras (producen más interacciones), pero, por otro lado, es importante la calidad de la aglomeración, la cual depende fundamentalmente de la diversidad: grupos más homogéneos son menos fructíferos en términos de producción de nuevas ideas, lo contrario ocurre con ciudades más heterogéneas. Bogotá es la ciudad más innovadora porque es la ciudad más grande del país, pero sobre todo porque es la más diversa, la que nos acoge a todos, la que recibe población de todos los rincones del país y recientemente también de otras partes del hemisferio.

En este contexto es crucial entender el rol de la innovación y el conocimiento como la fuente de la riqueza de las ciudades y naciones y entender el rol de lo público para potenciar esa capacidad y lograr que sea un crecimiento de carácter redistributivo.

En primer lugar, el rol pasa por potenciar la capacidad de las empresas en materia de innovación y de los instrumentos para llevarlas a la práctica, y en ese sentido hoy Bogotá cuenta con una plataforma (www.ScaleupBog.co) y una ruta integral de alto impacto donde las unidades productivas cuentan con instrumentos para su fortalecimiento, su financiamiento y la conexión con mercados internacionales.

Por otro lado, la ciudad debe propiciar la capacidad de generar interacciones espontáneas, no planificadas que aprovechen la capacidad de innovación y para ello el urbanismo y la arquitectura juegan un rol central. En ese sentido, la apuesta por construir un gran “Campus de innovación” por medio de una Actuación Estratégica en el marco del nuevo POT y el edificio sede que se construirá en los suelos que hoy son de Corferias, es crucial para la ciudad. Como lo dice Ben Wilson, autor del libro Metrópolis, “Es la interacción entre el entorno, determinado por las edificaciones, y los humanos lo que conforma el corazón de la vida urbana”.


Columna publicada en Forbes Colombia. https://forbes.co/2023/05/02/negocios/bogota-capital-de-la-innovacion

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